La dieta alcalina, se centra en regular el pH de la sangre. Este plan dietético distingue entre alimentos alcalinos y ácidos, con el objetivo de mantener un equilibrio del pH sanguíneo, que idealmente debería estar entre 7,35 y 7,45 en una escala de 0 a 15. Para lograr este equilibrio del pH, la dieta alcalina promueve una proporción de ingesta de alimentos alcalinizantes frente a los ácidos de aproximadamente 80% y 20%, respectivamente. La metabolización de los alimentos alcalinos ayuda a neutralizar la acidez de la sangre, facilitando así la tarea de mantener un pH equilibrado.
En contraste con los alimentos alcalinos, los alimentos ácidos son aquellos que tienden a disminuir el pH del cuerpo y hacerlo más ácido. Algunos ejemplos comunes de alimentos ácidos incluyen:
- Carnes Rojas y Procesadas: Tienen un alto contenido de proteínas y grasas que, al metabolizarse, pueden aumentar la acidez en el cuerpo.
- Productos Lácteos: Como la leche, el queso y el yogur, especialmente los de alto contenido graso, contribuyen a la acidez corporal.
- Cereales Refinados: Alimentos como el pan blanco, la pasta y otros productos elaborados con harinas refinadas tienden a ser más ácidos.
- Café y Bebidas con Cafeína: Estas bebidas pueden aumentar la acidez en el cuerpo.
- Bebidas Alcohólicas: El alcohol tiene un efecto acidificante en el organismo.
- Azúcares y Dulces: Los alimentos con alto contenido de azúcar refinada contribuyen a un ambiente más ácido.
- Alimentos Procesados y Fast Food: Generalmente contienen conservantes y aditivos que aumentan la acidez.
Es importante mantener un equilibrio en la dieta, combinando alimentos alcalinos y ácidos de manera adecuada, para promover un estado saludable y equilibrado del pH en el cuerpo.
Beneficios de la Dieta Alcalina
Seguir una dieta alcalina conlleva múltiples beneficios para la salud, incluyendo:
- Mejora del sistema muscular, óseo y cardiovascular.
- Reducción de problemas inflamatorios.
- Prevención de migrañas y artritis.
- Reducción del riesgo de infecciones
La transición a una dieta alcalina debe ser gradual. Idealmente, se recomienda comenzar eliminando un alimento ácido cada día, mientras se integra al menos una comida alcalina diaria.

Alimentos Alcalinos: Brotes y Germinados
Los brotes, como los de hierba de trigo, cebada, avena, kamut, soja, quinoa, espelta, rábano, alfalfa, amaranto, brócoli y fenogreco, son algunos de los alimentos más alcalinos y beneficiosos para incluir en esta dieta. Otros ejemplos incluyen la kale, espirulina, pepinos, espárragos y té verde.
En conclusión, adoptar una dieta alcalina, incorporando alimentos como los brotes y otros ricos en alcalinidad, puede ser un paso significativo hacia un equilibrio saludable del pH en el cuerpo y un bienestar general mejorado.